Es aquella en que la persona se siente amada, protegida, aceptada y reconocida a pesar de que falle o no todo le salga bien.
Se puede crear ese vínculo afectivo, si a través de la convivencia, hay cercanía por parte de los encargados y si saben adaptarse a los cambios físicos y cognitivos de la persona. Ejemplo, cuando el niño explora el entorno y pregunta por todo, puede compartir lo que piensa sin temor a se juzgado.
Mostrar cariño y aceptación a la persona es fundamental, porque hace sentir, que nada le apartará del amor que le dan.
La comunicación asertiva es muy importante para que la persona se exprese con toda libertad, mirar a sus ojos, no interrumpir, da la sensación de que es importante y comprendido, lo cual genera mucha confianza.
Con base en todo lo anterior, indudablemente si una persona carece de afecto, especialmente en sus primeros años, sufrirá de algún modo, en la medida que el tiempo vaya transcurriendo.
Es muy posible que: Se sienta inferior o tenga baja autoestima, poca confianza y busque aceptación.
Busca tener fama, prestigio, reconocimiento, para ganar respeto ante los demás, y que le reconozcan sus habilidades, posesiones o logros.
Con mucha facilidad recurrirá a la falta de sinceridad, o tendrá conductas pasivo-agresivas, muy sensible al rechazo, a menudo sentirá estar mal consigo mismo.
Pueden caer en relaciones tóxicas o serlo. Tener apego a las cosas o personas.
No saben decir no, les preocupa más el PARECER que el SER.